"Quieren enseñar y no admiten que nadie les
enseñe.
Censurar y que nadie los censure, mandar sin obedecer a nadie.
Quieren someter a otros hombres sin que ellos a nadie se sometan."

Juan Ruysbröeck 1293 - 1381

miércoles, 12 de enero de 2011

PRÓLOGO

(Una seudo filosofía prefiere)... la imagen a la cosa, la copia al original, la representación a la realidad, la apariencia al ser... Para ella, lo único sagrado es la ilusión, mientras que lo profano es la verdad. Es más, lo sagrado
se engrandece a sus ojos a medida que disminuye la verdad
y aumenta la ilusión, tanto que el colmo de la ilusión
es para ella el colmo de lo sagrado.

Ludwig Feuerbach

Aquel que no castiga la maldad,
ordena que se haga.

Leonardo Da Vinci

Los hombres temen a los dioses
que han inventado.

Marco Anneo Lucano


Prólogo

Puedes no leer esto, excepto que desees conocer las motivaciones del libro. ¿Sigues aquí? De acuerdo. Se trata de alertar sobre una organización que hoy en México tiene secciones incluso para niños de 10 años de edad. Eso no sería perjudicial, si no tuviera relación con el uso de personas como tú, que buscando verdades, llegan a entregar a sus hijos después de destruir a sus familias y sus vidas particulares.

Eso ocurre porque siendo involucrado o integrante superficial, te ves sumergido en un sistema donde se controlan tus actos, bajo la afirmación de pertenecer a una escuela cultural, artística y humanista.

Se invita a los lectores de este libro a que tengan la valentía de revisar profundamente la información al respecto. La idea es que quienes estuvieron comprendan el conjunto en vez de tener datos fragmentados. También se trata de que quienes no han estado, identifiquen los mecanismos.

Nosotros estuvimos en uno de esos grupos, Nueva Acrópolis, formado por algunas personas que trabajan ahí sin propósito de hacer daño, de hecho con los mejores objetivos, junto a personas de bajo nivel moral. De esas últimas no puede esperarse más, pero las personas buenas tampoco tienen disculpa, ya que contribuyen a mantener un sistema de coerción.

Es importante superarlo o evitarlo, pues pertenecer a una organización de esa clase no es como la membresía a un gimnasio. Aquí van a hilarlo todo, estuvieran o no.

Es valioso que lo entiendas, pues algunos piensan que el clímax de sus capacidades deductivas es creer que denuncias como las de este libro, son parte de un plan contra buenas personas.

Es al contrario, la nuestra es una buena intención, tanto así que te decimos que si esperas encontrar que Nueva Acrópolis es una secta satánica, mejor busques otra, pues Acrópolis es un grupo muy humano en sus vicios.

En Nueva Acrópolis te dicen: “ven, nosotros somos como tú, aprenderás mucho, crecerás mucho en un ambiente dedicado a la filosofía en acción”.

Al final, serás una persona sin vida propia. Tú creerás que decides, pero recibirás inducciones para actuar, disfrazadas de orientaciones. La verdad frente a la oferta que te hicieron será que habrás claudicado el factor crucial de tu vida: tomar tus decisiones. Dejarás de ser una persona libre, bajo la mentira de que decidiste obedecer a un sistema donde te conviertes en un Discípulo y sigues las enseñanzas de una persona con gran nivel espiritual, un Maestro.

Eso lo verás en el libro, cuyo objetivo es informar a individuos, padres de familia, educadores, profesionales relacionados con la educación, terapeutas de la salud mental, autoridades, sobre Nueva Acrópolis.

El tema es importante, ya que cobran importancia las propuestas de crecimiento a través de la mística, fuera de las religiones o filosofías.

Es muy importante, pues la resistencia a dejar grupos como Nueva Acrópolis es el miedo. Miedo a perder el sentido de pertenencia. Miedo a aceptar la realidad de haberse equivocado. Miedo a perder una forma de ser. Sin embargo, frente a la realidad del grupo, la alternativa es la libertad, el alivio por tomar la opción de dirigir tu vida, hacer cosas verdaderas e importantes y darte cuenta de que haberse equivocado no es el fin del mundo.

“Sectas”

A los miembros de estas organizaciones no les gusta la palabra secta. A mí tampoco.

Primero, porque al usar la palabra secta nos perdemos en la discusión de qué es una secta y nos alejamos del tema. Segundo, porque la palabra “secta” nos distancia de la realidad. Rodea al grupo con un aura un poco sobrenatural. Le proporciona una cortina de humo donde el público añade imaginación y ve siluetas enigmáticas, dueñas de conocimientos extraños pero eficaces, en vez de comprender que son simples personas con nombre, con ambición de dinero, fama, sexo, cuyo poder es sobre gente a la que embaucan.

La palabra “secta” también es utilizada por instituciones a las cuales, el lector escéptico rechaza. En situación neutra se le ve como un descalificativo motivado por intereses ocultos o manifiestos, lo cual incita a la duda.

Nosotros no deseamos descalificar, sino dimensionar y asegurar al lector que este libro no pretende ofrecer una doctrina a cambio de otra.

También se debe tener muy claro que los comentarios como “haz algo útil, estás resentido”, etc., con que algunos comentan las denuncias, son de gente de Acrópolis que sigue los procedimientos de Acrópolis para defenderse. Uno no se debe detener respondiendo a acciones ordenadas por su Manual del Dirigente. También se debe ver que réplicas como “la presidenta de Acrópolis es judía y hay Acrópolis en Israel, luego entonces no pueden ser filo-nazis”, no son argumentos, sino muestras de ingenuidad o también maniobras de sus directrices, porque como se verá, Acrópolis sí es filo-nazi y la pregunta real es cómo una persona judía puede ser su presidenta. En Israel, Acrópolis evitó usos como saludar con el brazo en alto.

Con todo eso, deseamos alertarlos sobre grupos que pronuncian discursos con verdades como fachada, donde la verdad se pone al servicio de la mentira.

Además de la información de libro, se presentan anexos del libro que son materiales escritos previamente: 1. Los resultados de los tests. 2. Una entrada en Retos Femeninos para mostrar lo sencillo que es inventar currículos. 3. La respuesta a Esmeralda Osuna Lafarga, directora de Nueva Acrópolis México, cuando nos dijo por medio de una exmiembro, que estaba dispuesta a dialogar sobre mi denuncia de un fraude académico de Nueva Acrópolis. Al tiempo de esa invitación, miembros de Acrópolis comenzaron a hostilizar gravemente por mail y Facebook, a exmiembros que comentaron el blog.

Antes de este libro también escribimos dos materiales que no se anexan. Uno es A quienes están de luto por un Ideal, para los que se involucraron de verdad. Ellos lo pueden entender. El otro es el blog donde denunciamos el fraude académico. Éste poseía un lenguaje, como se precian de decir los dirigentes, instructores y mandos medios de Acrópolis, “para confrontar”. En este libro profundizamos la información del blog, en un tono que invita a reflexionar.

Un grupo ¿respetable?

Nueva Acrópolis se presenta ante el mundo como el tercer círculo, una institución humanista, sin fines de lucro. Lo hace a través de sus filiales y de las subestructuras llamadas Comité Pro-Revaloración Giordano Bruno, GEA, Janos, Stoa, que a su vez emplean herramientas como stands en la FIL de Guadalajara, ferias medievales, talleres, actividades llamadas de voluntariado, etc.

Ustedes pensarán que esas subestructuras de Nueva Acrópolis luchan por el ambiente y por la cultura. No hay tal. Nueva Acrópolis es un grupo que como los de su tipo, desarrolla actividades altruistas para dar una imagen confiable.

Las características de las “sectas” que menciona la Sra. Delia Steinberg Guzmán, presidenta internacional de Nueva Acrópolis, para deslindar a Acrópolis de las sectas, es un repaso
Las actividades generosas de grupos como Nueva Acrópolis buscan crear una fachada de respetabilidad. El miedo de verse relacionada con las sectas, hace que Acrópolis tenga una profusión de subestructuras asociadas a una idea de cultura.

Muchos beneficiados por esas subestructuras, como los damnificados en desastres, nunca se acercarán a Acrópolis, pero la publicidad que ésta recibe por sus acciones permite que quienes sí puedan acercarse a Acrópolis entren a ella.

Lo que busca Nueva Acrópolis es legitimarse ante la sociedad.

Simular es un medio de acción, pues como decía el fundador de Acrópolis: “Definir lo que es Nueva Acrópolis es fácil en lo externo, pues adaptaremos su aspecto a las necesidades del lugar”.
Si ustedes piensan que el mundo tiene necesidades al grado de que no importa ayudar a través de un grupo que adopta caras, es un error. Existen caminos de generosidad verdadera. Hacer el bien para conseguir hacer el mal, es sólo hacer el mal.

No “mal” como demoniaco, pues el peligro de una organización de ese tipo no es que te abra las puertas del Inframundo, sino que te encierra en un sistema de dominación.

Ese sistema se describe en el libro, el sistema Maestro-Discípulo y la virtud llamada Devoción, como los engranajes que generan la coerción.

Te ponen ante los ojos una mentira, en la que crees de buen grado, entras voluntariamente y pierdes contacto con la realidad.

Te convences de formar parte de una “élite” que cumple con un deber para con la humanidad, trabajar en una tarea atemporal para la cual se fue elegido desde vidas anteriores o que si lo fue en ésta, es lo mejor que podría ocurrirle a una persona.

No consideras ser partícipe de una mentira. Ante los señalamientos, el grupo se siente incomprendido, ve en eso la prueba de su singularidad espiritual. Piensan estar catapultados a un cometido cuya dimensión los hace especiales.

Su ser especiales, piensan, se debe a que se han comprometido con un Ideal. No son los mejores, pero no hay nadie más que emprenda esa tarea. Es el camino del Discípulo, donde se evolucionas más rápido que en el camino de la experiencia.

Eso piensan y estaría muy bien si tales ficciones ocurrieran en lo privado, ya que no hay evolución, pero captan a otras personas a ese medio.

El medio se vuelve, en vez de una esfera de libertad, en una burbuja donde se cobijan defectos. Al verse alentados, los defectos se potencian, afectando no ya a quien es presa de ellos, sino a quienes están bajo la dirección de esas personas.

El círculo se cierra cuando la coerción es vista como normal por los integrantes, quienes defienden la cadena que los sujeta, pudiendo estar presos por el resto de sus vidas, a causa del error de minutos de haber aceptado entrar. No todos están engañados, pero se benefician con la mentira y por eso la mantienen.

No hay magia negra, sino explotación de personas de buena fe.

¿Logré quitarle la parte emocionante a las sectas? Genial. Es genial porque así no verás tan lejano un grupo de esa clase, no pensarás que es una amenaza que le puede ocurrir sólo a extravagantes o a frikis o a nerds, sino que podrás verla como lo que es, un peligro donde puede caer una profesionista universitaria, un ama de casa, un muchacho de 17 años o un jubilado.
Es un peligro que no por ser invisible, tiene poca realidad.

No es invisible porque se asocie con un espíritu maligno, es invisible porque sucede en el ámbito de cada persona, en su mente y en sus emociones. En lo invisible, de donde surge lo visible, los actos y sus consecuencias.

Grupos como Nueva Acrópolis manipulan mediante una aparente propuesta de modelos éticos de conducta.

Sin embargo, no debemos dejar que la realidad se nos escape. No hay un Gran Plan Maestro, como si ellos fueran los Illuminati. Hay unas bases para manipular porque los humanos tenemos las mismas pulsiones: deseo de pertenencia, altruismo, reconocimiento social, tener causas heroicas. Con esas bases se fijan acciones adaptadas a cada persona, a partir de las consagradas para lo general: inyectar sentido de culpa, socavar la autoestima, robo del poder personal, invasión de la privacidad, síndrome Burnout.

Las organizaciones como ésta dicen: tenemos fallas, es un proceso. Es mentira, así son. El proceso consiste en mejorar sus sistemas de manipulación.

Lidia Pérez López

Lidia Pérez, fundadora de Nueva Acrópolis en México, locutora, es mencionada en este libro pues, al ostentar el título de Maestra dentro de Nueva Acrópolis, tiene una condición de poder que su auditorio de fuera, no capta realmente.

Los que dan clases son instructores, los responsables de las secciones de trabajo son secretarios. Hoy a la directora nacional algunos la empiezan a llamar Maestra. Solo Lidia Pérez es La Maestra.

Su auditorio de la radio y conferencias la ve como una persona llena de virtudes.
En Acrópolis, es llamada y vista como Maestra, persona de avanzadísimo desarrollo espiritual a la que debes obedecer.

Paradójicamente, Lidia Pérez es la prueba de cómo una persona apoyada por un ambiente que valida su egocentrismo, puede utilizar el sistema como trampolín y abusar de personas hasta grados extremos.

Prueba de lo anterior es que Lidia Pérez López se presenta como Doctora en Psicología summa cum laude y ésta la mayor mentira de una cadena que para la mayoría, durante años pasó desapercibida.

Lidia Pérez se dice doctora por haber comprado un diploma en un lugar que no es reconocido por la Secretaría de Educación Pública de México. Compró un grado que por ser falso carece de RVOE y la imposibilita de poseer cédula profesional. Pese a eso, Lidia Pérez tiene un consultorio donde supuestamente da psicoterapia. Miente sobre haber sido conferencista en Harvard y la Sorbona, como manifiesta en la semblanza de su web y en las conferencias que imparte.

Esa persona, que se presenta como una Maestra, lleva 20 años repitiendo mentiras frente a personas que creen en ella, así como en televisión, Radio Red, Radio Fórmula, CONACULTA, INBA, la Universidad del Claustro de Sor Juana y muchas otras instituciones, como Retos Femeninos.

En este punto nos deslindamos: los miembros de Nueva Acrópolis e incluso algunos exmiembros quisieran que este libro fuera por enojo hacia Lidia Pérez, pues eso les haría manejable el tema. Les es mejor sentirse víctimas que co-responsables de un fraude.

Si tuviéramos ira no nos tomaríamos la molestia de escribir sobre el tema. A diferencia de eso, nosotros denunciamos una verdad mediante un análisis que nadie en Nueva Acrópolis ha podido demostrar que sea una calumnia.

Más todavía, una crítica que en Acrópolis México tienen prohibido leer.

¿Por qué, si no hay nada que ocultar? Alejarse de estas denuncias son órdenes de sus dirigentes y de Lidia Pérez, la cual, lo sabemos, tiene derecho de ser feliz. Ella, quien repetía a los miembros de Acrópolis para impedirles tener relaciones estables, que la imagen de la familia de casa, auto, esposo y perro, era mentira. Es la misma quien hoy valora casas, auto, pareja y french poodle. La misma quien decía que no se debía perder tiempo cuidando animales, que era mejor salvar almas que cuerpos, es la Lidia Pérez que el 17 de febrero de 2009 llegó a la plaza Giordano Bruno a una celebración pública, cargando a su mascota de pedigrí, lo que sería impensable para todo miembro de Acrópolis.. Su Coordinador del Cuerpo de Seguridad de la Zona Metropolitana le cargó el perro faldero mientras Lidia Pérez desde su falso doctorado, disertó sobre la importancia de lo espiritual. “¿Preocuparse por tener mascotas, casas, auto?, eso ya lo tuvimos en otras vidas, hoy pa´qué”, dice a los miembros de Acrópolis mientras tiene residencia de lujo en Valle de Bravo, es compradora compulsiva y exige que sus comidas en Acrópolis contengan coles hidropónicas. Ella puede hacerlo. Los miembros de Acrópolis no pueden ir a ver a un familiar enfermo.

Pueden justificar y evadirse, pero lo que no pueden, es detener la verdad.

Por esa verdad es que para nosotros, lo importante no son aquellos cuadros, sino alertar sobre el peligro de acercarse a la contradicción de Nueva Acrópolis y de Lidia Pérez, la cual tiene integrantes que la imitan cometiendo las mismas faltas de ética, pues venden talleres, cursos que hacen en hoteles y/o filiales donde sin preparación, venden sus mezclas de lo leído en Nueva Acrópolis con lecturas de libros de moda. De eso, como Lidia Pérez, crean páginas, repiten sus actitudes, sus palabras, sus entonaciones, silencios, posturas, gestos, formas de vestir, hay quienes hasta engordan como ella para al final venderse con un falso currículo. Se llaman profesoras, terapeutas, sin estar avaladas por alguna institución. Lidia Pérez las conecta con sus redes y así inician sus vidas paralelas.

En enero de 2008, Lidia Pérez dijo a sus agremiados, al leerles las predicciones como cada inicio de año, cuando les da el lema anual: “El tránsito por Plutón nos dice que vendrán 14 años donde las organizaciones se pondrán a prueba, todas las que no sean verdaderas, caerán”.

La predicción es acertada y no porque la astrología sea real, sino porque define la realidad de que la gente está cansada de los que mienten sin resabios, pero se hacen pasar por personas respetables. El final de los grupos inescrupulosos, eso es verdad.

Juliano el Apóstata

El autor de este libro es Juliano el Apóstata. Quien esté al tanto de la historia universal sabrá quién fue él.

Exmiembro, actual miembro de Fuerzas Vivas o miembro de escaso perfil, para decirlo sin estruendo fui uno de los incautos de Nueva Acrópolis.

Yo soy de ellos. En el pasado escribía mis informes con el clásico “Con el brazo en alto, ¡AVE!”, ya que el saludo era elevar el brazo derecho al inicio y final de clases, con ropa de civil. En ceremonias portaba uniforme, aunque ahora ya no los usamos, reemplazando las botas por zapatos.

Antes de firmar como Juliano el Apóstata renuncié internamente a Nueva Acrópolis.

Viví el sistema autoritario. Muchos de nosotros, en 1994 habíamos concientizado que Nueva Acrópolis México era una burbuja invadida de zonas de poder personal, momento cuando me di cuenta de la contradicción entre hablar de grandes mundos y la explotación de la cual yo formaba parte, como utilizado o como manipulador.

Me venía bien la onda radical de Acrópolis, por lo cual el autoritarismo sobre mí o de mí sobre otros no me causaba conflicto. En primera instancia yo no estaba en desacuerdo con el autoritarismo. Ver sus efectos en las personas a largo plazo, fue mi disparador de conciencia.

Con o sin paramilitarismo, emergió la voz de mi subconsciente de que ninguna causa tiene el derecho de denigrar a sus seguidores.

Mi medicina para los abusos de Acrópolis fue reflexionar que en ella la espiritualidad es una máscara. Esto nunca será suficientemente repetido. La espiritualidad es un señuelo en Nueva Acrópolis.

Siguiendo el camino del análisis, mi tarea fue decantar la experiencia y verbalizarla, lo cual tomó tiempo, pues uno de los mayores problemas para quien logra escapar de una seudoescuela es que no atina a racionalizar su vivencia, mucho menos a expresarla en palabras. La mayoría calla, experimentando hastío y deseos de no saber nada. Se dicen a sí mismos “no te metas con el karma ajeno” o “es mejor dedicarte a tu vida y olvidar”. A eso apuestan los que dirigen el grupo, porque nadie se entera de los hechos y cada cual empieza la historia por primera vez.

A través del tiempo reuní testimonios. No hablo de personas sin sentido común, sino con grandes virtudes, muchas consideradas como pilares de Acrópolis en México. Las que parecían experiencias aisladas, dibujan un conjunto con un patrón de conducta que puede ser analizado.

Las denuncias se firman como Juliano porque no se piensa facilitar a Nueva Acrópolis México sus planes de violencia. Antecedentes los hay, como se verá en el libro.

Para nosotros, es tan simple como que si llevan a cabo lo que para ellos hoy son ideas, tenemos mecanismos para que no sólo desde México se invoque la atención, identificando a los responsables.

Se pueden hacer las cábalas que deseen sobre nuestros motivos, pero el hecho es que esta voz de alerta es un acto de buena fe basado en la verdad, vista por quienes son llamados “hermanos”, miembros de Acrópolis. Tomamos nuestra experiencia para ayudar a otros.

Antes de abrir la puerta

En los escritos de la directora internacional de Nueva Acrópolis, la Sra. Delia Steinberg Guzmán, soplan aires como notas de piano, buscando el centro de la realidad para extraer una enseñanza trascendente. La veo sonriente, alma sensible, mientras a sus pies se retuerce la serpiente que ha dejado crecer.

Si lo que se explica en este libro sólo ocurre en México, también es culpa de la Sra. Steinberg, porque lo sabe y no lo evita, como también lo sabe la directora internacional adjunta, Sra. Beatriz Diez Canseco, a quien dimos la información sobre Lidia Pérez. Nada hicieron, pero ambas se fotografían en el Egipto que llaman de los sabios.

Ésa es la tragedia de Nueva Acrópolis. Actividades, talleres, creaciones, tono humanista, pero se debe ir más allá de eso, también más allá de lo personal y hacer una reflexión general sobre la inmoralidad.

El cambio climático, tan cercano a nosotros, antes de haber sido provocado por la industria, tiene como origen una mentalidad. La mentalidad convencida del poder de la imagen desligada de la realidad. El mundo seguro de su derecho de aprovecharse de lo que sea: conocimientos, personas, arte y cultura, tergiversando todo. Como hace Nueva Acrópolis.

Las contradicciones entre decir y ser de Nueva Acrópolis no son las de un Mundo Nuevo, son las de este mundo. Nueva Acrópolis no está en proceso, nació en, es parte del, mundo sin ética.

Ponerse caretas, eso es Nueva Acrópolis. Nada que venga de un mundo mejor, sino un ser esquizoide que dice ser lo que no tiene interés en ser.

Como no les gustan los blogs, de acuerdo, borramos el que teníamos. Siempre en evolución, aquí está un libro. Nosotros dejamos al lector las conclusiones.

JULIANO EL APÓSTATA

5 comentarios:

alexandros dijo...

viejo yo estuve ahí, pero en Chile es tal cual lo comentas.

alexandros dijo...

colega necesito se comunique conmigo

Sukha dijo...

hola acabo de entrar a la UCSJ y ya me estoy percatando de anomalías, ayúdame necesito aclarar esta situación. no es la primera vez que me pasa algo así.

Sukha dijo...

lucienprada@gmail.com responda por favor

Enerficiecia dijo...

de donde sacas todas esas tonterías?
porque no se va a poder tener mascota??